«A veces escuchamos que alguien dice “soy débil” o “soy fuerte” o soy así o soy asá. Cuando hace estas afirmaciones, la persona trata de extenderse con una idea acerca de sí misma, pero por otro lado se limita, se contrae en esa misma idea de sí misma.
La principal tarea en la vida es extenderse en todas las direcciones, reconocerse en todas partes. Esto es el crecimiento. Por eso muchas veces es necesario cambiar y salir de los estrechos límites marcados por la identificación con ciertas características de nuestra personalidad para lograr el desarrollo deseado. Porque la vida requiere de la fuerza en ciertos momentos y contextos, y de la debilidad en otros, de la ternura tanto como de la dureza, de la inteligencia en ciertas cosas como de la ignorancia y torpeza en otras. Así aquellos que quieren tener un perfil muy definido y constante, estable, corren el riesgo de convertirse en máscaras de sí mismos. Por el contrario, aquellos que cultivan el arte de la flexibilidad siempre parecen nuevos, creativos, sorprendentes y ajustados a lo que cada momento requiere».
(Joan Garriga)