libro analisis

Fragmentos extraídos del libro “Análisis transaccional” (2017), de Alain Cardon, Vincent Lenhardt y Pierre Nicolas

<<¿Cuál es su aplicación real en la vida cotidiana? ¿Y en la familia? 
La respuesta se encuentra quizá en el hecho de que el análisis transaccional es, en primer lugar, una herramienta de análisis. No defiende un estilo de comunicación por encima de otros, sino que propone más opciones. No da una solución prefabricada a una situación de bloqueo, sino que sugiere un abanico de posibles respuestas. No interpreta el comportamiento de un individuo, sino que deja que lo resuelva por sí mismo. Sobre todo, nunca juzga. Esta actitud es muy novedosa. El AT es una herramienta de resolución de conflictos que está a la disposición de individuos y organizaciones para que puedan descifrar y tratar sus propios problemas de la manera que ellos prefieran. La fuerza de AT consiste, pues, en que devuelve la responsabilidad de análisis y de resolución de problemas a quienes les pertenece en primer lugar. 
Para algunas personas, el AT supone un sistema práctico que ayuda a tomar contacto con la realidad; para otras, es un modo de explorar y comprender situaciones de conflicto que sacarán a relucir los problemas más profundos.
Puede resultar un medio eficaz para conocerse mejor y para mejorar su comunicación con los demás.

Elegir el comportamiento: los estados del yo
El concepto de los Estados del Yo sienta las bases de esta teoría de la comunicación llamada Análisis Transaccional.
Este concepto se apoya principalmente en la división de la personalidad de un individuo en tres partes o tres estados: el Padre, el Adulto y el Niño.
Los Estados del Yo son sistemas de pensamiento, de emoción y de comportamiento conectados a las diferentes etapas de desarrollo de un individuo en el seno de un grupo, ya sea una familia o un clan.

El Estado Padre comprende los pensamientos, las emociones y los comportamientos que el individuo ha aprendido de fuentes de autoridad externas, principalmente de sus padres. Por ejemplo: “Hay que desconfiar de los extraños”. Así, mientras una persona está “en” su Padre, reproduce las actitudes y los comportamientos que ha tomado de las figuras parentales que le marcaron recientemente o en el pasado: profesor, padre, madre, tutor, etc.

El Estado del Yo Adulto no tiene nada que ver con la edad del individuo, sino que se refiere principalmente a la dimensión psicológica del individuo. Se orienta sobre la “realidad” objetiva: recoge, registra y utiliza informaciones de todas las procedencias, ya sean externas (del entorno) o internas (del Padre o del Niño). Se sirve de esas informaciones para enunciar hechos, calcular probabilidades, tomar decisiones, precisar sus objetivos, evaluar sus resultados. (“A esta velocidad, si todo va bien, llegaremos en 6 horas”).

El Estado del Yo Niño está relacionado con el campo de los sentidos y comprende las necesidades, las sensaciones y las emociones que aparecen de manera natural en una persona. Por ejemplo: “Tengo calor”. También contiene los registros de las sensaciones y las emociones experimentados durante la infancia: “Después del accidente, me asusto cada vez que oigo neumáticos chirriando”>>.

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