Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares

Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares 1
Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares 3
Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares 5
Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares 1 ‹‹El trabajo terapéutico muchas veces va en la línea de aceptar a los padres, pero los padres también tienen que aceptar a los hijos como son y entregarlos a su propia vida. […] Animar a los padres a que se liberen de sus hijos. Y al revés: a que los hijos se liberen de sus padres, lo cual no siempre se consigue con facilidad. Y la acción de liberar conlleva como principal ingrediente la acción de amar y respetar. En mi trabajo diario como terapeuta encuentro a muchos hijos que están enganchados a sus padres y los debilitan con sus reclamos y ataduras o con su dependencia, y a padres que también los sobreprotegen o esperan mucho de ellos y los atan, sin apenas empujarlos hacia su propio camino. Hay que aceptar que los hijos cometerán errores y a veces sufrirán, y que no siempre podremos estar allí, ni debemos. Conviene entregar a los hijos a sus recursos y a sus dificultades, a sus aciertos y a sus errores; permitirles que se enfrenten a sus propios problemas y confiar en que sabrán encararlos››.
‹‹Uno de mis propósitos es animar a los padres a que empujen a sus hijos a la vida para que crezcan y se espabilen, para que comentan sus propios errores y aprendan. Ojalá los padres permitieran que los hijos tuvieran que enfrentarse a pequeñas dificultades a menudo, porque de este modo se probarían a sí mismos y se fortalecerían››.
(Fragmentos tomados de La llave de la buena vida, de Joan Garriga) 
Sobre padres e hijos (II). Constelaciones (configuraciones) familiares 1 ‹‹Muchos abordajes psicoterapéuticos, mientras buscan soluciones a los problemas de las personas, se plantean un objetivo integrador, unas veces explícito y otras implícito: restaurar el amor hacia nuestros padres, recuperar el movimiento amoroso natural y espontáneo que sentía el niño hacia sus progenitores. Las personas que avanzan en este proceso suelen sentirse más íntegras, congruentes y amorosas. Mejoran en sus relaciones personales y afectivas, ganan madurez, serenidad y sobre todo autoestima. Se alinean con el misterioso fluir de la vida con más fuerza››. 
‹‹Es importante tomar conciencia de lo que rechazamos, para investigarlo a fondo en nuestro interior y hacer espacio a todos los componentes emocionales que sobrevengan hasta que se complete el proceso hacia la paz ››.
‹‹Lo que nos cura es abrazar en nuestro corazón a nuestros padres y no tanto ser abrazados por ellos. Lo esencial es que abracemos y que en este abrazo acojamos a los demás, a la vida tal como es, a los hechos, a nosotros mismos. Abrazar es decir “¡sí!” a la existencia, a lo que esta trae y requiere en cada momento. Porque los padres son los representantes de la existencia. A través de ellos se ha manifestado la vida, y nosotros podemos cuidarla››.
‹‹Se ha privilegiado el cuestionamiento de los padres, dando alas quizá a un movimiento necesario para transitar de una cultura excesivamente patriarcal hacia otra más filial. Sin embargo, todos los extremos necesitan corregirse, y la actual dictadura moderna de lo filial debilita tanto a los hijos como a sus padres. Los confunde. […] También los padres han entrado en el código cultural imperante auto perseguidor de que deberían ser mejores, más perfectos››.
‹‹Hay otra razón poderosa que puede empujarnos a iniciar la tarea de restaurar el amor hacia nuestros padres: sólo logramos amarnos a nosotros mismos cuando los amamos y honramos a ellos. En lo más profundo de cada uno de nosotros, por muy graves que sean las heridas, los hijos seguimos siendo leales a nuestros padres e inevitablemente los tomamos como modelos y los interiorizamos. De algún modo conectamos con una fuerza que nos hace ser como ellos. Por eso, cuando somos capaces de amarlos, honrarlos, dignificarlos y respetarlos, podemos hacer lo mismo con nosotros mismos y ser libres››. 
‹‹En general las personas que realizan el proceso interior de ponerse en paz con sus padres y con su historia se sienten mejor en su piel, establecen relaciones más fáciles, adultas y fluidas, aportan a la vida lo que tienen››.
(Fragmentos tomados de ¿Dónde están las monedas? Las claves del vínculo logrado entre hijos y padres, de Joan Garriga)

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en pinterest
Compartir en print
Compartir en email
error: Contenido Protegido