A mis maestros y profesores, con admiración y agradecimiento.
La Teoría de Sistemas o Sistémica es un planteamiento tomado de las Ciencias de la Naturaleza y que la Psicología adoptó en los años 50. Un sistema puede definirse como un conjunto de elementos interdependientes y conectados entre sí, que se relacionan formando un todo unitario y complejo. Como señala María Colodrón:
Al aplicar este enfoque, los seres vivos se entienden como sistemas abiertos en relación con su entorno y cuyas partes (objetivos, funciones, elementos y conexiones) se encuentran subordinadas a la totalidad.
La terapia familiar sistémica se ha desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX con distintos enfoques: el estructural de S. Minuchin, la terapia estratégica de P. Watzlawick o la terapia familiar de Selvini Palazzoli y el grupo de Milán. Pero fue G. Bateson quien logró que la perspectiva sistémica tomara mayor relevancia en la psicoterapia y que en el campo de la intervención con familias se empezaran a desarrollar conceptos explicativos satisfactorios y autónomos (Colodrón, 2010).
Bert Hellinger, teólogo y pedagogo alemán nacido en 1925, después de trabajar durante 16 años como misionero católico en Sudáfrica, se formó en Psicoanálisis, Dinámica de Grupos, Terapia Primal, Psicodrama, Análisis Transaccional, Hipnosis, Terapia Gestalt, Programación Neurolingüística (PNL) y Terapia Familiar Sistémica. Una vez integradas todas estas herramientas terapéuticas, desarrolló su propia técnica: la terapia familiar de enfoque sistémico denominada Constelaciones Familiares, aunque la traducción correcta, como indica Manuel Zapata, sería Configuraciones Familiares. Comienza a desarrollarla y aplicarla en los años 80 como una técnica terapéutica grupal; actualmente, también se aplica en terapia individual.
La Sistémica muestra que hay conductas que se pueden comprender dentro del entorno del individuo, en su red de vínculos, pero difícilmente a partir de rasgos personales. Para Hellinger en un sistema familiar existen unas “reglas” que persisten a lo largo del tiempo y que él conceptualiza como los “órdenes del amor” (Hellinger, 2011). Dichos órdenes enlazan con las ideas de “vínculo” y “conciencia”. La conciencia para él nos alerta sobre si nuestra actitud o conducta nos acerca o nos aleja de nuestro sistema. La vinculación nos asegura la pertenencia.
Al igual que la mayoría de las terapias humanistas, el método de trabajo empleado en Constelaciones Familiares es fenomenológico y no clínico, como sí lo es el de las terapias cognitivo-conductuales, por ejemplo. Según Sánchez Gavete (2011):
Se caracteriza por focalizarse en lo que aparece […]. Consiste en trabajar, básicamente, con lo que hay, con lo que se presenta y tal y como se presenta, evitando, en la medida de lo posible, juicios e interpretaciones, y prescindiendo del análisis de causas así como de etiquetas diagnósticas o cualquier otro tipo de pre-juicios.
Alcance y aplicaciones de la sistémica
En la actualidad, la perspectiva sistémica de Hellinger se aplica con buenos resultados a diferentes ámbitos, además del estrictamente psicoterapéutico: médico, organizacional-empresarial, jurídico y penitenciario; y, por supuesto, al del sistema educativo. Se recogen a continuación las palabras de destacados especialistas en Constelaciones Familiares que exponen su experiencia y puntos de vista al respecto, y se hará especial hincapié en la aportación de esta herramienta terapéutica al terreno de la Educación:
-En el ámbito de la medicina:
Manuel Zapata García: licenciado y doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Inmunología y Hemogenética; psicoterapeuta y miembro didacta de la AEBH:
Desde la perspectiva sistémica, la enfermedad que presenta una persona debe contemplarse dentro de su contexto familiar completo y no desde la individualidad del paciente. Bert Hellinger ha dado un impulso a la psicoterapia que no conocíamos desde Freud. Las Constelaciones Familiares se han extendido en los últimos años como un reguero de pólvora por todo el mundo, y lo importante es que ya en países como Alemania, por ejemplo, se aplican en la psiquiatría. Psiquiatras de renombre tienen experiencia en la aplicación de esta herramienta a casos de trastornos bipolares, psicosis y esquizofrenias, y los resultados de esta aplicación y del enfoque fenomenológico a estas enfermedades son muy esperanzadores.
-En el ámbito empresarial y organizacional:
Ángel de Lope Alemán: arquitecto y terapeuta, especialista en Coaching Sistémico y Constelaciones Organizacionales; miembro didacta de la AEBH:
Las Constelaciones Sistémicas de la Hellinger Sciencia aportan a las organizaciones, entre otras cosas, dos elementos básicos para que funcionen bien los sistemas: equilibrio y orden.
En todo sistema u organización cada persona, equipo, etc. cumple una función para que el sistema crezca, evolucione y así se mantenga en el tiempo. Debido a ese orden y a esa función el intercambio se debe realizar de una manera específica para que no se generen desequilibrios y con ello pueda romperse la relación establecida.
Como ejemplo, en el sistema educativo primero hay un sistema entre los padres y la escuela. Luego hay otro entre los profesores y los alumnos y también existe otro entre los padres y los profesores. Además existen otros sistemas de apoyo que se forman con los orientadores, psicólogos, ayudadores, etc. Entre cada uno se debe dar un intercambio equilibrado y dependiendo de cada sistema unos deben dar antes que otros y unos tienen que dar unas cosas y otros otras. Cuando se espera o se pide que alguna de las partes dé lo que no le corresponde el orden se invierte y el intercambio se desequilibra.
Las Constelaciones Sistémicas-HS en el ámbito Organizacional Educativo:
Todo ser humano o sistema (familias, padres, alumnos…) se relaciona por necesidad, necesidad de conseguir u obtener algo que le falta (conocimiento, aprendizaje…). Y se relaciona con aquella persona o sistema que se lo puede proporcionar (escuela, colegio…). Este, a su vez, también necesita algo que le falta (alumnos, dinero…) y si el que lo busca se lo puede aportar, entonces se establece la relación. Para que esta relación sea satisfactoria y perdure en el tiempo se debe producir que el intercambio entre ambas partes esté en equilibrio, pues si no es así y el desequilibrio se mantiene en el tiempo o aumenta considerablemente la relación se romperá.
-En el ámbito jurídico y penitenciario, y en Mediación y Justicia Restaurativa:
Luhé Palma Chazarra: Mediadora Familiar, con Menores, y en conflictos jurídicos penales; asesora jurídica y en Justicia Restaurativa; orientadora en Tratamiento y Resolución de Conflictos Sistémicos; coordinadora-docente, miembro de la Comisión Académica del Máster de Mediación y Profesora del Instituto de Criminología de la Universidad de Sevilla:
Las constelaciones son una herramienta de trabajo sistémico que, utilizado (no descubierto) por B. Hellinger, ha abierto la posibilidad de uso en muy distintos campos de actuación. En concreto para mí, ha supuesto ser una herramienta muy útil para tratar los diversos tipos de conflictos con los que trabajo profesionalmente, que son los siguientes:
1. Tal herramienta me es tremendamente útil, para la ampliación de la perspectiva de búsqueda e identificación de la tipología de conflictos que se resisten a ser tratados exclusivamente en el proceso de mediación, por tener implicaciones sistémicas más profundas. Aquí, el uso de las Constelaciones me permite identificar y seguir, hasta su raíz, los conflictos que están impidiendo que las partes, en una mediación familiar, puedan llegar a consolidar sus propios acuerdos.
2. En el ámbito del asesoramiento jurídico y penitenciario, me proporcionan las Constelaciones una inmensa ampliación de la mirada que me ayuda a hacer ver a mis clientes las verdaderas implicaciones sistémicas de sus conflictos jurídicos (aquellos que pretenden llevar a los tribunales para solucionarlos), o confrontar las verdaderas razones, tanto individuales como sistémicas, que han llevado a una persona a cometer una acción delictiva. Esto les anima a tomar decisiones informadas que ocasionan, en la mayoría de los casos una responsabilización del conflicto y de sus consecuencias, así como la toma de conciencia para solucionarlos fuera de la vía judicial, mediante el proceso de mediación, ya sea familiar, penal y/o penitenciario, siendo el contenido de este último, frecuentemente, una reparación a la víctima o perjudicado por tal acción delictiva.
-En el ámbito educativo: las Constelaciones Familiares y la Pedagogía Sistémica:
Aquí recojo dos testimonios:
-El de Luhé Palma, en calidad de especialista en Pedagogía Sistémica:
En el ámbito educativo, las constelaciones son utilizadas por la denominada Pedagogía Sistémica, que es un desarrollo educativo orientado a identificar, intervenir y recomponer los desórdenes en los distintos sistemas que influyen en la educación, como son: el sistema familiar, el escolar, el de política educativa, y el social, donde se encuentran ubicados todos los anteriores. Una vez identificado el conflicto, la intervención acorde con el orden sistémico correspondiente produce una solución específica para el mismo, no estandarizada, ya que cada conflicto tiene su propio desorden/orden; los resultados son muy llamativos y alentadores, tanto para los docentes como para las familias. Esta experiencia la llevo desarrollando desde 2008 en distintos Centros de Formación del Profesorado de la Junta de Andalucía y de Extremadura, con muy buenos resultados.
-Y el de Francisco Lorca Valverde: pedagogo, profesor de Educación Física, orientador escolar y terapeuta de Constelaciones Familiares; miembro didacta de la AEBH:
Creo que podría decir muchas cosas nuevas que he descubierto en el desempeño de mi profesión, pero si tengo que resumir en pocas palabras el cambio que se produjo en mi trabajo como orientador cuando comencé a aplicar las Constelaciones en el mismo, diría que con alumnos, padres, profesores y P.A.S., al ampliar la mirada pude comprobar que los sistemas familiares y las historias de todos ellos, de todos aquellos que intervienen en la educación, se entrelazan en una danza que da como resultado el ambiente del centro y la dinámica del mismo como organización. Cada alumno, cada profesor, lleva con él su sistema familiar al centro, tenga o no consciencia de ello. Resulta más fácil comprender lo que sucede en cualquier situación si miramos ese sistema familiar al que cada uno de los agentes pertenece. En muchas ocasiones, una entrevista con los padres de un alumno les aclara a ellos los motivos del comportamiento de su hijo, les da instrumentos de cómo manejar la situación y ayuda a obtener información, que traspasada a los profesores, sirve a éstos para entender mejor la actitud, dificultades y comportamiento del alumno.
Con el trabajo de Constelaciones Familiares se muestra simbólicamente la posición de cada uno de los miembros de la familia respecto de los demás. Con esta herramienta terapéutica se puede visualizar en el espacio el estado de la cuestión y experimentar las configuraciones relacionales de la familia. Así pues, gracias a esta técnica es posible ver qué posición ocupa un alumno con respecto a su sistema familiar de origen, así como con sus profesores y compañeros. Resulta de gran utilidad también para mostrar y evaluar las implicaciones sistémicas que subyacen en trastornos de aprendizaje, en conductas disruptivas y desafiantes reiteradas, en actitudes de acoso e intimidaciones, en situaciones de fracaso escolar, en alumnos con hiperactividad y trastornos de atención, en asuntos como la muerte de un familiar y la manera de llevar el duelo, etc., y aporta pautas de actuación que ayudan a mejorar o solucionar estas problemáticas.
Un facilitador, bien en consulta privada bien en un centro educativo, puede aplicar el trabajo sistémico con muñecos u otros materiales como bloques de madera, figuras geométricas de felpa, etc. con niños y adolescentes con la finalidad de explicar algún asunto gráficamente (para clarificarlo, mostrar una conducta o actitud…), conocer más sobre las vivencias del niño, realizar una valoración de cuáles son sus necesidades, fomentar habilidades interpersonales (como la comunicación, la empatía, el respeto hacia los diferentes puntos de vista), o para promover expectativas realistas, entre otras posibilidades. Es igualmente útil para trabajar con maestros y profesores que precisen apoyo u orientación en su relación con los alumnos. Los muñecos u otros elementos figurativos pueden usarse como personajes, instrumento y método de evaluación de una situación o problema, como herramienta de reformulación con la intención de plantear una metáfora alternativa para buscar recursos en el cliente e incrementar su toma de responsabilidad. El cliente representa su realidad mediante metáforas extraídas de las imágenes que configura. Como indica María Colodrón:
Sirven para valorar el estado actual del cliente, los conflictos expresados y no expresados, así como la imagen interna del problema y de sus intentos de solución.
Esta técnica permite también acompañar el proceso emocional de la persona siguiéndolo muy de cerca, de forma que podemos —si es preciso— intensificarlo, contenerlo, encauzarlo. Tras una intervención se deciden las pautas de actuación tanto en el ámbito familiar como en el escolar.
La Pedagogía Sistémica construye un puente entre la familia y los centros educativos, y nos da pautas que señalan qué actitudes favorecen esa relación, cuáles suponen un obstáculo y qué estrategias posibilitan el entendimiento entre las partes implicadas. Su trabajo aporta bienestar a los alumnos y repercute en el aprendizaje positivamente. El comportamiento de los hijos pone también de manifiesto la falta de bienestar de sus padres o de su familia (Peter Bourquin, 2011). El sistema familiar del alumno tendrá eco en su estado de ánimo, en su rendimiento escolar y en la manera en que se relacione con los demás. Es primordial, tanto el en contexto terapéutico como en el educativo, respetar a los padres del niño; de lo contrario, la lealtad -consciente o inconsciente- del hijo hacia sus padres le impedirá tomar la ayuda.
Nos recuerda Mercè Traveset (2007) dos valores fundamentales, según la sistémica, para poder aprender: el agradecimiento y la admiración. Asimismo, que es importante tener en cuenta que la obsesión por la igualdad se convierte en un obstáculo para poder admirar. Si no somos capaces de inclinarnos ante la excelencia ni valoramos el esfuerzo y todo es lo mismo, la admiración no es posible. Por desgracia, esto conlleva que muchos alumnos no quieran mostrar interés en clase para no ser luego el blanco de la hostilidad de sus compañeros. Y recoge la opinión de Lacroix (2005):
En las aulas reina un clima tiránicamente igualitario que hace difícil el reconocimiento de aquello que es especialmente valioso por encima de lo que carece de valor.
O como dice José Antonio Marina (1997):
La voluntad es la dirección inteligente de la acción.
Es decir, para aprender es preciso proponernos metas de ejecución, (aquellas en las que nos comparamos con nosotros mismos para mejorar), que no de competición, y desde luego no se logran sin esfuerzo y estrategias.
Reconocer y apoyar el esfuerzo de los alumnos les ayuda, pues necesitan ver las consecuencias y valoración de dichos esfuerzos. Es importante también, desde la perspectiva de la pedagogía sistémica, que sepan que se evalúan sus procesos de aprendizaje y que, a veces, es preciso frustrar ciertas demandas. Un alumno que no aprende a tolerar la frustración y a posponer sus deseos no hará caso a sus maestros o profesores, procurará ser el centro de atención, no dejará espacio a los demás e intentará dominar la situación siempre. Sin autocontrol y sin saber cuál es su sitio desarrollará sentimientos de culpa, de no ser adecuado (Traveset, 2007).
Todos los elementos que conforman el sistema educativo tienen importancia y el orden (la familia ocupa el primer lugar en la educación de sus hijos y luego la escuela, que complementa su labor educativa), las jerarquías (el vínculo entre profesores y alumnos es desigual: los docentes no pueden perder su lugar, ni intentar ocupar el de los padres, sino limitarse a ejercer sus funciones de docencia, y se encuentran en un nivel jerárquico superior, con todo lo que ello implica en cuanto a derechos y deberes), y las distintas funciones que desempeña cada uno resultan imprescindibles. Algunos de los vínculos a tener en cuenta en el ámbito de la educación son los siguientes: entre la administración educativa y el centro educativo; entre la familia y el centro; entre el equipo directivo, maestros y profesores y personal no docente; entre el centro y los alumnos; entre los docentes; entre docentes y alumnos; entre alumnos y currículo, etc. Es básico el respeto mutuo y que cada cual asuma el lugar, funciones y límites que le corresponde.
El enfoque de la pedagogía sistémica, en el contexto internacional, se integra en los currículos formativos de maestros, pedagogos, psicólogos, educadores y trabajadores sociales, y se desarrolla especialmente en universidades de Alemania, México e Italia. También existen formaciones sobre Constelaciones Familiares en las universidades de Estados Unidos, México, Alemania, etc. Al respecto de esta cuestión en nuestro país, Lluís Ballester y Antoni J. Colom (eds, 2012) recogen los siguientes datos aportados por Francisco Gómez:
Existen solo algunos ejemplos de formación en Constelaciones Familiares en algunas de nuestras universidades, como en la Universidad de Murcia, en la Universidad de las Islas Baleares, en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Barcelona. […] El 22 y 23 de enero de 2010 es la segunda ocasión en la que Bert Hellinger comparte sus conocimientos con los miembros de la comunidad universitaria en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Una demostración más del interés que suscita en nuestra universidad este Modelo.
Desde la óptica de la psicopatología se etiqueta al niño, se le trata con fármacos, pero es habitual que el problema o sintomatología persista porque lo que lo produce permanece. Lo que propone el trabajo con Constelaciones Familiares en su aplicación en el contexto organizativo de un centro educativo, y constituye la base de la perspectiva sistémica, es ampliar la mirada y contemplar al alumno en relación a su sistema familiar y considerar la red de vínculos que se dan entre todos los elementos que participan en el ámbito escolar.
BIBLIOGRAFÍA
Bourquin, Peter: El arte de la terapia, Desclée De Brouwer (Serendipity), Bilbao, 2011.
Ballester Brage, Lluís y Colom Cañellas, Antoni (eds): Intervención sistémica en familias y en organizaciones socioeducativas, Ediciones Octaedro, Barcelona, 2012.
Colodrón, María: Muñecos, metáforas y soluciones, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2010.
Hellinger, Bert: Órdenes del amor, Herder, Barcelona, 2001.
Marina, José Antonio: El misterio de la voluntad perdida, Anagrama, Barcelona, 1997.
Sánchez Gavete, Francisco: Constelaciones familiares: una guía de trabajo, Rigden-Institut Gestalt, Barcelona, 2014.
Traveset Vilaginés, Mercè: La pedagogía sistémica. Fundamentos y práctica, GRAÓ, Barcelona, 2014.
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