El maltrato físico o psicológico puede tener una explicación, pero no una justificación. La violencia siempre provoca daño y dolor a la víctima, sea esta una mujer, un hombre, un niño, un anciano… En ocasiones, los papeles de perpetrador y víctima se intercambian, se alternan y la dependencia mutua mantiene y sostiene la relación. Romper ese patrón es fundamental.
«El maltrato psicológico es un tipo de violencia muchas veces no reconocida como tal, simplemente porque sus efectos no son tan evidentes como los de la violencia física por ejemplo. Cualquier comportamiento físico o verbal, activo o pasivo, que agreda la estabilidad emocional de la víctima de manera sistemática y reiterada en el tiempo debe ser considerado maltrato psicológico. El objetivo de tales comportamientos es que la víctima se sienta desvalorizada, culpable o intimidada, aprovechando el afecto o aprecio que en general la víctima siente por el agresor para abusar de la situación. A menudo, se trata de relaciones en las que uno de los dos miembros es dependiente emocionalmente. Algo importante a recordar es que aunque se da especialmente de hombres a mujeres, también se da desde mujeres a hombres.
Diversos estudios indican que el maltrato psicológico es la forma de violencia más frecuente en los hogares, y puede preceder o acompañar la violencia doméstica física. La violencia emocional es un problema grave, pues afecta, por ejemplo, al 40% de las mujeres en México, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. En otros países latinoamericanos, como Colombia o Perú por ejemplo, se estima que la violencia emocional está presente en el 60% de los hogares. Otros datos que preocupan son los relativos a la tolerancia del maltrato psicológico, algunas de cuyas formas son identificadas como conductas “normales”. Por ejemplo, según los resultados de un estudio llevado cabo por la Universidad Autónoma de Madrid, el 92% de los españoles considera intolerable la violencia de género en la pareja, pero el 36% de ellos se refieren únicamente a la violencia física o sexual, y se muestran tolerantes ante conductas de maltrato psicológico, como control de horarios o forma de vestir, celos exagerados o desvalorización permanente de la pareja. No todo el mundo reconoce las formas de maltrato más sutiles como una forma de violencia y por esta razón aún existen muchos casos de maltrato psicológico, incluso en países desarrollados.
La forma de maltrato menos identificada como tal es la llamada “violencia de control”. Se refiere a control de horarios, forma de vestir, amistades, etc. que es tolerada por el 29% de las mujeres y el 32% de los hombres en España. En segundo lugar se encuentra la desvalorización, considerada como una conducta tolerable por aproximadamente el 9% de la población española, y en tercer lugar, las amenazas verbales, con un 6,5% de tolerancia. Esta limitada percepción de las actitudes que constituyen maltrato psicológico podría explicar por qué solo un 22% de las mujeres en España reconocen haber sufrido este tipo de violencia, mientras que en otros países como Finlandia, Dinamarca o Suecia estos porcentajes ascienden casi al 50%.
Es fundamental que puedas reconocer una situación de maltrato psicológico para poder eludirlo y evitar sus negativas consecuencias. No temas alejarte de tu agresor y buscar apoyo en amigos, familiares o profesionales de la salud. En la gran mayoría de los casos, es la única salida.
Muchas víctimas de maltrato psicológico tienen pensamientos como éstos:
“¿Será que estoy exagerando y tomándolo demasiado en serio?”, “siempre hago que se enoje…”, “si supiera cómo actuar esto no pasaría”, “mejor no le menciono que… no vaya a ser que…”. Con frecuencia las personas que son agredidas psicológicamente creen que son quienes provocan esta situación, que deberían mejorar en algún aspecto para evitar que el agresor las trate mal o que tal vez la situación no es tan grave como parece. Si muchas víctimas de violencia física justifican de alguna manera a su agresor, es fácil imaginar cuántas más justificarán este otro tipo de violencia que es mucho menos evidente y más subjetiva, como lo es el maltrato psicológico. Por eso es importante que las posibles víctimas y la sociedad en su conjunto tomen consciencia de qué actitudes constituyen maltrato psicológico, para poder identificar estas situaciones, prevenirlas y evitar sus consecuencias.
Para saber si estás siendo víctima de maltrato psicológico, pregúntate si sientes que el agresor:
Controla tu vida
Desvaloriza tus opiniones o sentimientos
Te dice que te trata así porque te quiere
Dice que tienes suerte de tenerlo a tu lado, pues de otro modo, nadie te querría
Controla lo que haces, todo el tiempo
Te indica cómo debes vestir
Revisa llamadas y mensajes en tu móvil
No deja que veas a tus amistades
No te deja estudiar o trabajar
Te habla de mal modo, con gritos o gestos violentos, portazos, etc.
Controla estrictamente el dinero que recibes o los gastos que realizas
Te insulta, no te trata con respeto
Te culpa por sus enojos o por las cosas que salen mal
Te amenaza con marcharse, echarte de casa, llevarse los hijos o incluso suicidarse si lo dejas
Se arrepiente, te pide disculpas, pero al día siguiente todo sigue igual
Si estas actitudes provocan algunos de los siguientes efectos, entonces probablemente estás siendo víctima de maltrato psicológico:
Te impiden tomar decisiones en tu propia vida
Si tienes miedo de decir algo o actuar de determinada manera por el modo en que él pueda reaccionar
Si has perdido interés en actividades que antes disfrutabas
Si te has alejado de familiares y amigos
Si sientes ansiedad, cansancio o tristeza la mayor parte del tiempo a causa de la situación que estás viviendo
Si tienes problemas para dormir, trastornos en la alimentación, usas alcohol u otras drogas
Si tienes baja autoestima y crees que sola tal vez no serías capaz de llevar tu vida adelante
Tipos de maltrato emocional
Existen varios tipos de maltrato emocional o psicológico, estos son algunos de ellos:
Maltrato estructural: el agresor ejerce un cierto poder sobre la víctima, basándose en una supuesta desigualdad donde él es superior. Emplea frases que desvalorizan a la víctima, toma decisiones importantes sin consultar, le recuerda todos sus errores, le dice que sabe hacer la cosas mejor, o dice cosas tales como “esto es así porque lo digo yo”, no se compromete a hacer nada por la víctima, le obliga a mantener relaciones sexuales y se muestra enfadado cuando la víctima se niega.
Rechazo: se da cuando quien maltrata niega la presencia o el valor de la víctima. Le dice que ella o él es inferior, devaluando sus pensamientos y sentimientos.
Degradación: el agresor ridiculiza a la víctima, utilizando apodos, imitaciones u otras expresiones agresivas. De esta manera, logra disminuir la dignidad de la otra persona, afectando negativamente su sentido de identidad. Gritos, palabras obscenas, humillaciones en público y uso de adjetivos descalificadores son algunas de las expresiones de este tipo de maltrato.
Maltrato económico o financiero: quien maltrata controla de manera estricta los recursos económicos de la víctima. Vigila sus ingresos, pide explicaciones hasta por los gastos más pequeños, no le permite trabajar, le obliga a pedir préstamos, no le permite manejar dinero, etc.
Maltrato espiritual: se trata de la ridiculización de las creencias de la víctima. Muchas veces el agresor la obliga a aceptar las suyas como propias y no le permite actuar de acuerdo a sus ideales.
Maltrato social: sucede cuando el agresor impide a la víctima el contacto con amigos y familiares, no le permite concurrir a actividades sociales, revisa sus mensajes y llamadas en el teléfono móvil, espía conversaciones, etc.
Si eres víctima de maltrato psicológico, debes saber que esto puede tener consecuencias muy negativas sobre tu vida. En primer lugar, desde el punto de vista psicológico, el maltrato puede causar baja autoestima. Algunas investigaciones han concluido que el tener baja autoestima es también un factor de riesgo para sufrir maltrato psicológico y por lo tanto, puede estar presente antes de que la víctima sufra estas situaciones de violencia. La ansiedad, el estrés crónico y los sentimientos de culpa e indefensión también son consecuencias frecuentes en este tipo de maltrato. Por otro lado los estudios demuestran que quienes sufren maltrato emocional tienen más riesgo de caer en adicciones al alcohol, psicofármacos o drogas ilegales. Esta situación de violencia también puede tener consecuencias físicas, como alteraciones en el apetito, en el sueño, dolores de cabeza y malestares digestivos, entre otras somatizaciones. Desde el punto de vista social, el maltrato psicológico puede causar aislamiento social; la víctima se siente diferente y se aleja cada vez más de sus amigos y familia. También pueden aparecer dificultades en el rendimiento laboral o académico. […]
No creas que esta situación que vives va a mejorar por sí sola. En una relación sana, la otra persona no intenta destruirte: te da una visión crítica para tratar de ayudarte. No te juzga, opina sobre lo que expresas. No te obliga a hacer o dejar de hacer cosas ni se enfada cuando no cumples con sus deseos.
No te castiga con indiferencia, gritos o gestos violentos cuando las cosas no le gustan. Quien bien te quiere no es perfecto, pero no intenta controlarte ni dominarte o degradarte con este tipo de actitudes. Debes comprender esto para poder actuar y cambiar tu situación. Y para hacerlo, debes alejarte de tu agresor. […] No estás a su lado para educarlo, así que debes marcharte. No es fácil, pero puedes seguir estos consejos para sentirte mejor:
Acude a tu familia y amigos más cercanos. No te sientas culpable ni cuestiones tu decisión de alejarte de quien te agrede. Tal vez hayas cometido errores, pero no por eso mereces vivir estas situaciones de violencia. No mantengas contacto con quien te maltrató. En estos momentos estás vulnerable desde el punto de vista emocional, y debes evitar que él influya negativamente sobre ti. No intentes aliviar tu tristeza y dolor utilizando drogas, alcohol o medicamentos sin control. Si te sientes deprimida, acude al médico, a una terapia psicológica o ambas cosas. Si crees que corres peligro real, es importante que denuncies tu situación a las autoridades y tomes las medidas necesarias para tu seguridad. […] La única manera de prevenir el maltrato emocional es que toda la sociedad esté informada y comprenda que estas situaciones no son aceptables. Suele suceder que algunas víctimas de maltrato psicológico no saben que lo son, porque piensan que de algún modo estas actitudes son entendibles o tolerables, pues el agresor “solo tiene mal genio, pero en el fondo es bueno conmigo” o porque simplemente creen que son verdaderamente culpables de las reacciones violentas de la otra persona. Cuando se dan cuenta de que están sufriendo maltrato, la seguridad en sí misma de la víctima suele estar mermada y puede costar mucho alejarse de la situación.
Para prevenir el maltrato también es importante aprender conocer los derechos personales y hacerlos respetar sin violar los derechos de los demás. Esto, en conjunto con un estilo de comunicación asertivo, son conceptos que deben estar presentes en la educación de los hijos en el hogar, para evitar el maltrato psicológico en el futuro».