
“El árbol del conocimiento”, de M. Valcárcel

(Joan Garriga)
LA DECISIÓN
‹‹Decisión quiere decir: ahora. Aquello que le precedía era la reflexión, la calibración, la espera de la oportunidad y el momento propicios. Decisión quiere decir: actuar sin preguntas, sin respuestas, sin dudas y con todas las consecuencias. La decisión termina con algo viejo y pone en marcha lo futuro. Algunas veces es un vendaval que arranca la hojarasca marchita de los árboles, y que cesa en cuanto haya cedido lo que se interponía en su camino. Entonces, el sol puede volver a lucir››.
LA BUENA AYUDA
‹‹La ayuda que viene del corazón es respetuosa. Ve lo que el otro necesita y se lo da de tal manera que hace que éste se sienta respetado. Contempla al otro amablemente y sabe por tanto lo que le hace bien y cómo se siente respetado a pesar de necesitar ayuda en ese momento. Por eso guarda la distancia del respeto, aunque se acerca al otro ayudándolo. Y no va más allá de lo estrictamente necesario.
Esa ayuda une a la vez que deja libres a ambos participantes en ella. En esa ayuda no hay ninguna expectativa de compensación, ni ningún sentimiento de obligación. Tanto en el dar como en el tomar, se trata de pura amabilidad.
Cuando precisamos ayuda, cuidamos de esperar y tomar sólo lo que el otro puede dar amigablemente, a fin de no perder nuestra propia dignidad. Por eso le miramos a los ojos y sabemos lo que puede dar y cómo se puede sentir libre y amigable.
Esa es la ayuda que se da y se toma entre adultos››.
(Bert Hellinger)
‹‹Es importante para uno apreciar su confusión y permanecer en ella hasta que se hace la claridad››.
(J. Zinker)
(J. Zinker)
‹‹Es mucho más importante amarse que entenderse››.
(Gregorio Luri)
‹‹Mi naturaleza es la de envejecer. No puedo huir de la vejez.
Mi naturaleza es la de enfermar. No puedo huir de la enfermedad.
Mi naturaleza es la de morir. No puedo huir de la muerte.
La naturaleza de todas las cosas y personas es la del cambio. No hay manera de evitar separarme de ellas. Nada puedo conservar. Vine al mundo con las manos vacías y lo abandonaré del mismo modo.
Mis acciones son mis únicas y verdaderas pertenencias. No puedo huir de las consecuencias de mis acciones. Ellas son el suelo en el que me apoyo››.
(Thich Nhat Hanh)